Entrevista con Radio Orriols: Romper los muros del castigo

La conversación con Traba no es sólo una denuncia: es una mirada política sobre la vida, la justicia y la libertad.
Durante hora y media, el colectivo traza un mapa del dolor, pero también de la esperanza.
Hablan de cuerpos encerrados, de vínculos rotos, de la violencia del silencio.
Y sin embargo, entre cada palabra, se filtra una certeza: otra forma de justicia es posible, una que nazca de la comunidad, del cuidado y de la memoria compartida.

Aquí el programa de radio completo:
https://www.radiorriols.org/entrevista-a-traba-romper-los-muros-del-silencio/

Entrevista colectiva – duración aproximada: 1h29


0:00 — Presentación y origen de Traba

El programa arranca con las voces del colectivo Traba, un grupo transfeminista y anticarcelario de Valencia. Desde el inicio, explican que su trabajo no es asistencial, sino político: acompañan, denuncian y tejen vínculos con personas presas. Su objetivo no es reformar la cárcel, sino cuestionar su existencia. Hablan de la prisión como una herramienta de control, no de justicia.

“El sistema penitenciario no busca justicia, busca control.”

3:10 — Motivaciones y mirada social

Traba explica por qué centrar su militancia en las cárceles: porque son el reflejo más cruel de la desigualdad. La mayoría de personas presas provienen de entornos empobrecidos o racializados. Hablar de cárceles es hablar de clase, racismo y abandono institucional. El castigo, dicen, está diseñado para mantener el orden social.

“Si miras quién está dentro, ves cómo funciona el mundo fuera.”

9:40 — La realidad dentro de las cárceles

El relato se adentra en la vida cotidiana dentro de prisión: el ruido metálico, los registros, la pérdida del tiempo y la falta de intimidad. Describen cómo los grados penitenciarios, el aislamiento y la burocracia destruyen la identidad. Cada paso hacia la libertad está condicionado por la obediencia y el control.

“La cárcel no te quita sólo el cuerpo: te quita la voz, el tiempo y el vínculo.”

15:05 — Salud, salud mental y tortura

Traba denuncia el abandono médico, la sobremedicalización y la violencia psiquiátrica. Relatan casos de negligencia, suicidios y torturas invisibilizadas. Hablar de salud mental en prisión, dicen, es hablar de supervivencia. La cárcel no cura: enferma y deshumaniza.

26:00 — Cultura del castigo y responsabilidad social

El debate gira hacia la cultura del castigo. La sociedad ha normalizado el sufrimiento ajeno y ha delegado el conflicto en el Estado. Traba defiende recuperar la empatía como herramienta política y reconocer nuestra responsabilidad colectiva en el mantenimiento del sistema penal.

“No basta con decir ‘yo no castigo’. Si no haces nada, también formas parte del castigo.”

36:10 — Reinserción y papel de las familias

Se aborda el mito de la reinserción. La cárcel no reeduca, sino que rompe lazos y multiplica la exclusión. Traba recuerda que las familias también sufren la condena. El verdadero trabajo de reinserción se hace fuera, desde los barrios y las redes de apoyo mutuo.

45:00 — El sentido real de la cárcel

¿Para qué sirven realmente las cárceles? Traba responde sin ambigüedad: son herramientas de control social. No protegen a la sociedad, sino al sistema económico. Castigan la pobreza, no los delitos. Mantener a miles de personas presas, dicen, es una forma de sostener un orden injusto.

50:15 — Experiencias internacionales y reinserción

Se comparan experiencias con otros lugares, desde Palestina hasta América Latina. En todas partes, el patrón es el mismo: la cárcel perpetúa desigualdades. Se subraya la necesidad de acompañar a quienes salen y sanar colectivamente para no reproducir la violencia.

56:20 — Movimientos y luchas anticarcelarias

Repasan la historia de las luchas dentro y fuera de prisión: la COPEL en los años 70, las huelgas de hambre, el régimen FIES y la red de colectivos que hoy sigue activa. La memoria anticarcelaria es resistencia y ejemplo de dignidad frente a los muros.

1:06:00 — Pobreza, drogas y cárcel

Hablan de cómo la pobreza y el consumo de drogas están criminalizados. Las drogas circulan con permiso dentro, mientras fuera se castiga su existencia. La cárcel actúa como un filtro que encierra a quienes la sociedad no quiere ver. Castiga lo que previamente ha abandonado.

1:11:00 — Comunidad, prevención y acompañamiento

Traba insiste: la verdadera prevención no es castigar, sino acompañar antes de que llegue el daño. La seguridad no viene del encierro, sino del vínculo, la escucha y el cuidado. Mencionan el papel crucial de radios comunitarias y colectivos barriales.

1:15:00 — Romper el silencio y construir alternativas

Romper el silencio es el primer paso hacia el cambio. Traba denuncia el relato mediático que legitima la prisión y reclama una justicia restaurativa que repare en lugar de castigar. “Hablar de cárceles”, dicen, “es un acto político de amor”.

1:20:00 — Las familias y la reconstrucción

Se reivindica el papel de las familias, las redes afectivas y las compañeras que acompañan desde fuera. Sin ellas, el apoyo sería imposible. Las familias también resisten y reconstruyen, sosteniendo la vida frente al castigo.

1:24:00 — Campañas y futuro del movimiento

Traba presenta su campaña “Desatención y muertes en prisión”, una iniciativa para visibilizar la violencia estructural y exigir responsabilidad política. Hablan del trabajo en red con otros movimientos feministas, antirracistas y ecologistas.

1:27:00 — Cierre y mensaje final

El cierre es un canto a la memoria y la vida. Traba lanza un mensaje a quienes están dentro: que sepan que no están solas, que hay personas fuera acompañando. Romper los muros del castigo es también una forma de construir comunidad, ternura y justicia colectiva.

“Las cárceles están llenas de gente que el sistema quiso olvidar. Nosotras estamos aquí para recordarles.”

Reflexión a partir de la entrevista con el colectivo Traba


Un colectivo que incomoda para hacer pensar

Traba es un colectivo transfeminista y anticarcelario de Valencia que lleva años acompañando a personas presas, difundiendo sus voces y denunciando lo que ocurre dentro de los muros del sistema penitenciario.
Su trabajo no se basa en la asistencia o la caridad, sino en la acción política y el cuidado colectivo.
Hablan con claridad y sin concesiones: la cárcel no repara, no reeduca y no cura. La cárcel selecciona, castiga y perpetúa la exclusión social.

En su entrevista, las integrantes de Traba nos invitan a mirar hacia donde la sociedad prefiere no mirar. A través de sus palabras se dibuja un mapa del encierro, del dolor, pero también de la esperanza y la dignidad que persisten incluso en los lugares más hostiles.

Lo que pasa dentro: enfermedad, silencio y deshumanización

Según denuncia Traba, los centros penitenciarios del Estado español son espacios de sufrimiento estructural.
Las personas presas enfrentan abandono médico, sobremedicalización, negligencia y, en muchos casos, violencia directa o tortura encubierta.
La salud mental es una de las grandes heridas: el aislamiento y la falta de atención convierten la cárcel en un lugar donde la enfermedad se cronifica.

Las cárceles no son centros de reinserción, sino de reproducción del daño. Quienes entran salen más rotas, más pobres, más solas.
La institución penitenciaria se sostiene sobre la idea de castigo y venganza, una cultura punitiva que atraviesa toda la sociedad y que legitima la violencia institucional.
“El primer muro de la cárcel es la indiferencia”, dicen desde Traba.

Mirar de frente: lo que la cárcel dice de nosotros

Traba insiste en que las prisiones son un espejo del sistema social. No están llenas de “criminales peligrosos”, sino de personas empobrecidas, racializadas, precarizadas, expulsadas de los márgenes del bienestar.
Mirar las cárceles es, en realidad, mirar la injusticia que sostenemos fuera.

La cárcel se convierte así en una gran metáfora del fracaso colectivo: un espacio donde la sociedad encierra sus contradicciones, sus miedos y sus culpas.
Mantener el sistema penitenciario tal como está es, de algún modo, aceptar la desigualdad como forma de orden.

Humanizar: acompañar, prevenir y cuidar

Frente a la lógica del castigo, Traba propone acompañar.
Humanizar no significa justificar los daños cometidos, sino reconocer la complejidad del sufrimiento y apostar por la reparación.
La justicia, afirman, debe ser una herramienta de sanación, no de venganza.
Es urgente transformar la mirada social sobre las personas presas, apoyar a sus familias y construir redes de cuidado fuera de los muros.

La verdadera prevención no está en más policía ni en más cárceles, sino en más vínculos, más comunidad y más oportunidades.
Prevenir es educar, acompañar, escuchar. Es evitar que alguien llegue al punto de ser castigado por no haber sido sostenido antes.

Hacia un mundo sin cárceles

Soñar un mundo sin cárceles no es ingenuidad: es un ejercicio de imaginación política.
Trava recuerda que, como sociedad, hemos naturalizado la idea de que la prisión es inevitable. Pero no siempre fue así, ni tiene por qué seguir siéndolo.
Un mundo sin cárceles no es un mundo sin justicia, sino un mundo con otra justicia: una que repare, que escuche, que cuide, que aprenda a convivir con el conflicto sin destruir a las personas.

Romper los muros del castigo no es solo una consigna.
Es una invitación a pensar la libertad como una práctica compartida, donde nadie quede fuera.
Porque, como dice Traba, “las cárceles están llenas de gente que el sistema quiso olvidar, y nuestra tarea es recordarles”.